El burka: la eterna polémica

Melilla, año 2010. Una niña de 13 años deja de ir al instituto porque no le permiten llevar burka. La joven afirma que ha tomado sola la decisión de usar esa prenda. Ahora, un año después, sus padres son expedientados por abandono escolar. Y yo me pregunto: ¿quién tiene la culpa de ese abandono, los padres o el centro? Pero ése es otro tema.

Actualmente, España cuenta con una población musulmana de un millón y medio, de los cuales el 70% no se reconoce como español, pues la identidad religiosa es el factor más importante en su vida. El rápido crecimiento de la inmigración islámica insta a actuar en consecuencia, empezando por la prohibición de ciertas de sus costumbres, entre ellas, el burka o el niqab. Una medida que fue tomada ya por los municipios de Lérida, Tarragona y Barcelona, en junio de 2010.

Diferentes tipos de vestimentas musulmanas

Ahora bien, « los ayuntamientos catalanes están legislando contra nadie, porque ninguno aporta datos sobre cuántas personas usan una prenda como esa, que para nosotros es lejana y rara, que viene de Afganistán, y que es más cultural que religiosa », comenta Kamal Rahmouni, presidente de la Asociación de Inmigrantes Marroquíes en España. Y es que en realidad, los conflictos que se plantean en este país tienen que ver más con el hiyab (pañuelo islámico) que con el velo integral, puesto que es menos conflictivo ya que deja visible el rostro.

Entonces, ¿por qué se prohibe el burka si nadie lo lleva? El PP ha instado al Senado y a la Generalitat a prohibir esta vestimenta puesto que tiene «una clara connotación criminalizadora y discriminatoria para la mujer». Según Alicia Sánchez Camacho, presidenta del PP en Cataluña, « impulsaremos la prohibición del burka porque atenta contra la dignidad de las mujeres y porque la integración supone el respeto de las leyes y los valores del país que te recibe ». ¿Se prohibe pues su uso por la prevención del terrorismo o por la afluencia de inmigración?

El gobierno de Zapatero ha defendido hasta ahora el uso de este traje ya que así lo establece el ordenamiento jurídico, pues la ley «recoge los instrumentos para dar una respuesta adecuada al uso del velo en los espacios públicos, de manera equilibrada entre la igualdad, la libertad y la seguridad ».

Mujer con burka en Notre Dame, París 

Sin embargo, otros estados europeos como Italia, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos no permiten ir ‘tapada a la mujer’ en lugares públicos. Y en Francia, un país con 3.550.000 musulmanes (de los cuales 2000 mujeres llevan niqab), esta práctica puede ser sancionada con 150 euros de multa. De hecho, el mismo día en que entraba en vigor dicha ley (abril de 2011), dos mujeres vestidas con velo integral y un puñado de militantes fueron detenidos en París, por participar en una manifestación ilegal contra la imposición. 

Es cierto que esta polémica indumentaria puede representar una cárcel para las mujeres, pero en cualquier caso es decisión suya. Por eso, las autoridades deberían perseguir a quienes les obligan a ponérsela y no a éstas por llevarla. Además, creo que esta futura -e innecesaria- prohibición en todo el Estado español no es más que un arma para controlar a los musulmanes. Y digo yo, ¿no las discriminan más sin dejarles salir de casa?

Recomiendo ver: 21 dias viviendo con musulmanes, de Adela Ucar.


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