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| David, junto a los archivos de TVE. |
Hace algunos días, tuve la suerte de estar en el mismo lugar desde donde David Picazo, corresponsal de TVE en París, hace las conexiones en directo con Ana Blanco, ¡qué emocionante!
David es un chico muy simpático, cercano y amable, vamos, todo lo contrario a lo que pensamos sobre la gente de la tele. El caso es que siempre opinamos sin conocer. Aunque tengo que admitir que me sorprendió sobremanera el día que me respondió a mi primer e-mail. No estamos acostumbrados a hacer los sueños realidad.
"Si hubiera tenido más visión, habría elegido el alemán"
Diplomado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, David hizo –en su cuarto año de carrera- un curso Erasmus en Lyon, donde trabajó para el canal Euronews en 1999. “Elegí Lyon porque no había la posibilidad de hacerlo en Reino Unido ni en París y me parece una ciudad fantástica, muy bonita y muy agradable para vivir”, señala. Un año después, firmó un contrato de prácticas con la que sería a partir de entonces su segunda casa.
Después del inglés, estudió francés y aunque dice que “quizá si hubiera tenido más visión, habría elegido el alemán”, fue una elección que le facilitó su actual trabajo. En 2009, se incorporó a la corresponsalía de TVE en París, “me lo propusieron para venir un par de años, lo consulté con mi mujer y nos vinimos. Coger aviones todos los fines de semana es muy duro, pero son oportunidades que aparecen y Madrid siempre está ahí”.
En 2005, fue enviado especial a Afganistán, un lugar en el que “no tenía tanto miedo porque íbamos escoltados, pero sí una visión de retroceso en el tiempo al aterrizar en una pista de piedra, ver las bicis viejas de hierro, las mujeres con burka, corderos degollados cubiertos de moscas… Y claro, después de haber hecho escala en ‘petrolandia’ (Emiratos Árabes), tienes más sensación de retroceso en el tiempo que en el espacio”. También estuvo en el Líbano en 2007, donde “nada más llegar, nos enteramos de que había habido un atentado donde habían fallecido militares españoles. Era un viaje de trámite institucional y al final nos quedamos un poco más. Fueron unas experiencias interesantes”, recuerda.
Desde pequeño, a este chico de Albacete siempre le ha gustado “leer y contar historias ciertas e importantes”. En cambio, lo de la tele fue una circunstancia: “Estuve a punto de hacer prácticas en un par de periódicos locales, pero tomé otro camino. La vida son casualidades a veces”.
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| David simulando una conexión en directo. |
Un corresponsal tiene que estar siempre alerta y con el móvil encendido las 24h. David llega a la oficina a las 8:30h y se va a las 19h. Tiene una agenda del día (un G8 en Londres, PSG-Barça…) y puede ser que Madrid le pida cosas o que él las proponga: “El telediario es el reto”, dice. También tiene un blog aunque no escribe todo lo que quisiera por falta tiempo, y no posee cuentas en ninguna red social porque no le da el día, “si no, te conviertes en un hombre orquesta”.
"Puedes utilizar cinco fórmulas diferentes de politesse para saludar al vecino"
París le encanta aunque reconoce que aún le faltan cosas por descubrir, puesto que “el fin de semana lo dedico a cosas más normales como ir al supermercado, poner lavadoras, etc. El que viene de turista igual ve más en una semana que yo en un año”.
A pesar de haber roto la burbuja parisina, como él la llama, conserva amigos españoles: “Para entrar en contacto con los franceses, lo haces siempre a través de contactos, aunque siempre tendemos a quedarnos en el lado mas cómodo, el de españoles. La burbuja es difícil de romper, pero se termina rompiendo. Aquí puedes estar un tiempo y lo único que haces es saludarte tres veces con el vecino llegando a utilizar hasta cinco fórmulas diferentes de politesse”.
Como ya sabemos, los galos tienen muchos clichés sobre los españoles, “pero nosotros hacemos lo mismo sobre París, con el lujo, la magia, etc. Y luego la vida aquí es complicada”. En cualquier caso, David afirma que “les caemos bien; cualquier francés va a recordar con cariño las vacaciones o el periodo que estuvo en España”.
"La telebasura empobrece"
Aproveché para preguntarle sobre la TV en España y me dijo que “no me creo que demos lo que demandan, aunque haya trescientos teóricos que hayan escrito sobre eso. La prueba es que a la gente le das un buen reportaje o programa de entrevistas y lo ve”. David afirma que en Francia también hay telerealidad, pero en menor cantidad. “La telebasura empobrece más que enriquece. Es lamentable que en el mismo día que cerraron CNN+ en España pusieran GH. El que sale perdiendo es el ciudadano. Aquí me quito el sombrero, porque en prime time emiten programas de historia y la gente los ve. Nosotros lo hacemos en La 2 y en horarios escondidos”.
David tiene en su despacho una tele encendida las 24h con noticias en bucle para no tener que esperar al gran Téléjournal, pero cree que los canales de información continua se ven más entre los del gremio, “porque si no, te mueres de aburrimiento”. Asegura que los periodistas hacemos un trabajo de “vigilancia y contrapeso al poder” y que “aquí la presencia de la prensa y la información son importantes, pues dan peso al país. Nuestra labor –añade- es convencer a la ciudadanía de que es necesaria una radio y televisión pública fuerte, de la que se sientan orgullosos, independientemente de los cambios políticos. Cuanto mejores telediarios hagan las teles privadas, mejor lo intentaremos hacer, la competitividad enriquece”.
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| David en una imagen de archivo de TVE. |
"Los jóvenes deben estar donde se encuentren a gusto"
Si bien el país de Hollande no pasa por su mejor momento, el periodista subraya que “estamos en escalas diferentes, pues ellos tienen un 10-12% de paro y nosotros un 25%”. Y es que Francia disfruta de dos factores de los que nosotros carecemos: una cobertura social más amplia y las ayudas para la familia (emancipación, alquiler, etc.). “Aquí la familia se rompe a los 18 años, ya que a esa edad los hijos se van de casa, pero eso no significa que se quieran menos, sino que espabilas y te buscas la vida antes”.
De momento, David está a gusto en la capital gala aunque afirma que volverá a España algún día. Aconseja a los jóvenes que busquen su futuro donde realmente se encuentren cómodos, pues “nadie debe quedarse en un sitio en el que no esté a gusto y, sin trabajo, difícilmente estarás a gusto. Todos los que nos hemos ido, aunque yo soy un desplazado que trabaja para una empresa española, echamos de menos nuestro entorno. Pero no nos podemos quedar parados; la edad clave para la vida laboral va de 20 a 30. Aunque no es lo mismo irte para mejorar, que irte por necesidad. El riesgo es que hay un porcentaje muy alto de gente que se quede, como ocurrió en los años 60” y si no, que se lo digan a los de La Petite Espagne.
También podéis leer la entrevista en el blog de El Disparate.
Ici, la version en français.
Qui, la versione in italiano.
